Enero fue - o debería decir “está siendo” - un mes de mucho movimiento. Entre otras cosas, hace algunos días viajé a Uruguay. Antes de emprender cualquier periplo (jaja) pienso en llevar ropa cómoda y que permanezca lo más prolija posible durante el viaje. Siempre podemos valernos de un jean (por suerte no hacía mucho calor) y de una blusa/camisa floja de tela que no se arrugue (esta en particular, me vincula con épocas pasadas (aspecto que me gusta) - por los lunares y su corte - por lo que tengo la leve impresión que se transformará en un ítem muy recurrente tanto en verano como en media estación).
¡Me olvidaba! Las zapatillas también se están convirtiendo en mis favoritas durante este verano. Necesitaba un par que tuviera una suela mullidita pero que no fuera muy caluroso. Estas cumplen las dos condiciones.
Ahora sí, me despido hasta el próximo post.
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